Hoy he tenido un día completo, ya que aparte de ir a clase (¡oh!), he hecho una visita al Parlamento de Finlandia, y he asistido a una conferencia de la macroempresa Google. La conferencia ha estado muy interesante desde el punto de vista técnico, ya que explicaba ciertos secretos del funcionamiento de Google, como por ejemplo su tolerancia a fallos, y sus soluciones para poder con los millones y millones usuarios que utilizan Google cada segundo. Pero como la oportunidad de trabajar en Google en Zúrich es más lejana todavía que la de trabajar en Nokia, mejor me centro en mi visita al centro neurálgico de la política finlandesa.

A simple vista, una visita a un parlamento puede parecer un tostón, pero no ha sido así. Ha sido muy dinámica, variada e ilustrativa (atención a los comentarios, que me van a criticar por usar esas palabras). Primero hemos tenido un vídeo de presentación, y luego la asistente de uno de los diputados nos ha explicado el funcionamiento general del sistema político en Finlandia. Tras ello, una diputada del Partido Socialdemócrata,
Päivi Lipponen, ha dejado de lado su apretadísima agenda diaria para charlar un rato con nosotros sobre lo que significa ser diputado en Finlandia, sus obligaciones, algunas intrigas internas (como la controversia con el partido Perussuomalaiset, o True Finns, que es una basura así como Alcey lo es en Yecla), etc. Finalmente, hemos hecho un recorrido por el edificio, que aunque es bastante clasicorro, no dejaba de estar chulo (en la foto, el hemiciclo, y en el vídeo, los ascensores del parlamento, que están en continuo movimiento, y sobre los que hay que subir y bajar sobre la marcha).

Y, para terminar, ahí va mi análisis político. La conclusión general que saco de la visita es que el sistema político Finlandés está mucho más saneado que el Español. Aquí van unas cuantas características de la política finesa que no se dan en la española:
-Las listas de los partidos son abiertas. Eso quiere decir que en las elecciones se elige a las personas, y no a los partidos, lo cual abre mucho más el rango de posibilidades de voto. Si eso existiera en España, Acebes se lo pensaría dos veces antes de abrir la bocaza.
-El bipartidismo no existe en Finlandia. Aquí hay mucha diversificación de votos, con lo que cada año virtualmente todos los partidos tienen la oportunidad a meter a algún ministro en el gobierno.
-Los nacionalismos no deciden la vida política del país.
-Los diputados se pegan 10 ó 12 horas al día trabajando en el parlamento, igualito que los españoles.
-La asistencia a las sesiones plenarias es totalmente libre para cualquier ciudadano, incluso para los extranjeros (iré a alguna de ellas, aunque sean en Finés y Sueco).
-La prensa acosa tanto a los políticos como en España lo hace con la Pantoja. Por ejemplo, si un diputado deja de acudir a dos sesiones plenarias consecutivas, enseguida comienzan las críticas.
-Y aunque todo el mundo sabe que yo soy Juancarlista, aquí el Jefe del Estado (presidente de la República) se elige por sufragio universal.
-etc...