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sábado, 23 de febrero de 2008

New Born

Después de un gran desgaste cerebral causado por la presión de los últimos días, y por mi supuesta incapacidad de seguir un horario estricto, el domingo pasado me propuse un cambio serio. Sabía que no podía compaginar el trabajo y los estudios si continuaba con unos horarios de pena (acostándome y levantándome a cualquier hora, pasando horas muertas en internet, viendo series, etc), así que decidí buscar fuerza de voluntad de donde fuera para poder ir a dormir todos los días a las 23:30, con el fin de estar a las 8 y algo en el trabajo, y poder salir de allí antes de comer. Realmente llevo 4 años (desde que salí de Bachillerato) intentando organizarme un poco la vida, y no lo había conseguido hasta ahora. Pero esta vez sí.
Imagino que el hecho de estar muy motivado con mi trabajo me permite vencer mi "vaguitis" innata y ser capaz de aprovechar el tiempo más que nunca. Y la verdad es que jode tener que estar todo el día pringando (las mañanas en el trabajo, y las tardes en clase y estudiando), pero cuando llego a casa a las 10 después del gimnasio, además de muy cansado, también me siento realmente satisfecho por todo lo que he hecho ese día. Espero poder continuar así, porque de ese modo podré terminar la carrera en Julio. Además, si consigo que los resultados en mi trabajo no sean penosos, es probable que me amplíen el contrato por unos meses más, lo que sería realmente genial.
Por cierto, hay algo que ha ayudado a incrementar aún más mi motivación este año, y es que me han comunicado el valor total de mi beca Erasmus, y va a ser bastante mayor de lo que esperaba en un principio. En septiembre sólo tenía asegurados 2500 € de la beca de intercambio, y en diciembre me concedieron la beca del MEC (3000 €). Pero ahora resulta que el gobierno va a dar 250€ más por mes a los alumnos de intercambio que sean becarios del MEC. El total (alrededor de 8600€) me da para pagarme todo el año Erasmus, y un poco más. Ante esto, sólo puedo decir que estoy encantado con haberme venido a Finlandia en año de elecciones :P

Lo que un n95 no puede hacer

Después de que en el trabajo me dieran el Nokia n95, todo el mundo se pasa la vida diciéndome cómo mola mi móvil. La verdad es que sí que mola, pero no es para tanto. El GPS tiene un alcance penoso, y cuesta mucho usarlo dentro de un autobús, por ejemplo. La interfaz gráfica es muy lenta, y los menús parece que estén organizados por un zagalico de 7 años. Además, la memoria RAM se le llena si estás navegando por Internet más de 20 minutos, o si tienes varios programas abiertos.
Es cierto que la cámara tiene 5 Megapixels, pero no tiene la calidad de una cámara de verdad. Dicen que se puede tomar videos en calidad DVD, pero ni de coña (aunque el sonido es muy bueno). En cuanto a las fotos, el n95 no podría sacar imágenes como éstas, que tomé un día en Otaniemi al salir de la oficina con la cámara de verdad:

































En fin, me lo han dado de gratis, y no me quejo (de hecho, me encanta), pero a riesgo de hundir el marketing de mi empresa, he de decir que jamás pagaría 600 € por ese móvil. Para ordenador ya tengo mi portátil.

domingo, 17 de febrero de 2008

Lost & Found Reloaded

Anoche fue el cumpleaños de Riccardo, así que la fiesta típica de cada sábado no fue por una vez en el guetto Kannelmäki, sino en Otaniemi. El lugar concreto fue la "common room", que es una sala con billar, futbolines, sillas, sofás, etc. para ser usadas por los estudiantes que viven aquí en pisos HOAS (nosotros no somos de HOAS, sino de TKY, pero la usamos de todos modos). Aquí van algunas fotos de la noche, incluyendo las risas falsas de algunos (ejem, ejem) y la mierda de futbolín que teníamos.












A decir verdad, y por triste que parezca, me enteré de que podíamos disponer de esa sala hace una semana, lo que da fe de que se hacen demasiadas pocas fiestas por aquí. De aquí en adelante convocaremos más.
En fin, el hecho de que la fiesta sea a dos pasos de tu casa tiene muchas ventajas, como no tener que pillar la guagua/camión/bus una hora antes de que empiece la fiesta, o como poder ir a tu casa a cambiarte si la temperatura de la fiesta sube demasiado (cosa que ocurrió), o como poder retirarte directamente cuando la cosa se muera. Es una pena que la última ventaja no la aprovechase, porque cuando se vació la common room, la mayoría nos fuimos a Helsinki a dar una vuelta. De hecho, llenamos un autobús (e incluso se quedó gente atrás para el siguiente), y el desfase durante el viaje fue tan grande, que llegué a temer que el conductor nos parara en medio de la nada (llámese Lauttasaari) y nos dijera que nos bajásemos. Por cierto, con desfase me refiero a la mitad de la gente de pie, bailando, saltando, cantando himnos nacionales, llamando al camarero...
Ya en Helsinki, y después de ciertas dudas y varios problemas de incontinencia urinaria provocados por el alcohol, decidimos ir de nuevo a Lost & Found. Me lo pasé bien, aunque esta vez nadie me invitó a nada, y aunque el bajón comenzaba a hacer mella en algunos. Aquí va una foto ya en L&F (perdonad las caras de borrachos). De izquierda a derecha, el canarión Sergio, el yeclano Arturo, la catalana Tere y el ciudadano del mundo (mexicano de corazón) Juanjo:

sábado, 16 de febrero de 2008

Rincones perdidos de Otaniemi

Es curioso como un pedazo de tierra tan pequeño como Otaniemi (el cabo en el Báltico donde se encuentra mi universidad, y también mi casa) tenga tantos rincones diferentes. El hecho de que sea bastante llano, y de que en gran parte esté cubierto de bosque (lo que resta visibilidad) hace que no sepas lo que hay 50 metros más allá de donde estás a no ser que vayas a verlo con tus propios ojos.
Hoy he estado trabajando en mi facultad por la mañana. Por la tarde, después de comer y de ir a Helsinki a comprar alcohol para esta noche, ya no me apetecía ponerme a trabajar. Por ello, aprovechando que los alrededores de la facultad de Informática no los tenía explorados, y dado que el tiempo era bueno (vale, estábamos a -5º, pero no hacía viento), me he decidido a darme un paseo por los alrededores. A tan sólo 3 minutos del edificio de Informática, ya me he encontrado con la orilla del Báltico, que en Otaniemi está casi totalmente cubierta de un tipo raro de cañas (ahora secas). Pero alejándome un poco más, he descubierto que esta zona es un observatorio de aves en verano, ya que es un lugar donde el mar termina en una especie de zona pantanosa. De todas formas, tras la helada que está pegando (¡por fin!) los últimos días (anoche llegamos a -13º), el mar se ha congelado entre Otaniemi y Helsinki, y hoy se podía caminar por encima de la ciénaga como si fuese puro asfalto.
En general el paseo ha estado bien, pero en invierno el paisaje de Finlandia se ve muy triste, con los chopos sin hojas, la maleza seca, los patos en África... en conclusión, es un mundo sin color.
A continuación podéis ver algunas de las fotos que he tomado esta tarde. La primera, es el camino por el que he estado hoy, la segunda es el sendero al más puro estilo finés que llevaba a la torre para observar aves, la tercera es el mar congelado, con Otaniemi y su "heating centre" a la derecha, y la cuarta es la parte de la ciénaga que está cubierta de árboles.












miércoles, 6 de febrero de 2008

Beneficios

Después de llevar trabajando oficialmente en Nokia una semana, puedo hacer un balance de las cosas positivas (de las negativas todavía no) que me aporta el trabajo. En primer lugar, por supuesto, está la experiencia que puede darme esta oportunidad, y también el hecho de poder poner algo interesante en el CV. Pero centrémonos en cosas más mundanas...

Como empleado de un laboratorio de la universidad y de Nokia al mismo tiempo, tengo beneficios por las dos partes, a saber:
-Despacho en la universidad.
-Lugar de trabajo en Nokia (Helsinki), con un portátil IBM que puedo sacar del edificio cuanto crea necesario.
-Servicios disponibles en el edificio de Nokia, como gimnasio (aunque normalmente voy al que hay al lado de mi casa), sala para siestas ("Silent Room", no sé si alguien la usa realmente, porque me da miedo entrar), correo postal gratuito, biblioteca y hemeroteca, etc. Por no hablar de las "espléndidas" vistas al cementerio de Helsinki.
-Material académico disponible de forma indefinida (folios, bolis, grapadoras, carpetas, portaminas, y en general, cualquier cosa que puedan vender en una papelería).
-Material de oficina (destacan los CDs y DVDs, que puedo sacar también hasta que me canse).
-Llaves magnéticas para el edificio de Nokia y para los principales edificios de mi universidad, a los que puedo acceder a cualquier hora (por ejemplo, un domingo, si me he dejado algo en la oficina). Ya he recibido alguna propuesta para hacer una fiesta en el Main Building, pero me he negado.
-Invitación a algún que otro evento de Nokia (ej: el Kick Off en Jämsä)
-Ya tengo el Nokia n95 que me prometieron.

Y bueno en general está genial, porque además de que lo que he mencionado puede ser muy útil, también me permite fardar un poquillo, mostrando alguna función inimaginable del n95, o abriendo puertas con tarjetas magnéticas :P

Por cierto, que hoy he tenido que firmar un documento permitiendo que investiguen mis antecedentes penales, no sea que hayan dado a un delincuente tantos derechos y permisos. Espero que no encuentren nada de mi turbio pasado en la mina.

lunes, 4 de febrero de 2008

Beach Party @ Kannelmäki

El sábado, unos chicos de Kannelmäki organizaron una "fiesta playera", a la que todo el mundo debería haber ido vestido como si estuviese en la playa un día de agosto. Y digo "debería haber ido", porque la inmensa mayoría de la gente (incluyéndome a mí) se rajó, e iba vestido como cualquier otro sábado.
Aún así, todavía hubo unos cuantos que fueron fieles a la esencia de la fiesta, como se puede apreciar parcialmente en estas fotos:














La fiesta estuvo divertida, o al menos, yo me lo pasé muy bien, incluso teniendo en cuenta que mis colegas que habían vuelto de Laponia me estaban poniendo los dientes largos con los relatos del viaje. A una hora indeterminada (ya no me acuerdo), unos cuantos decidimos ir a Helsinki, y cuando bajábamos del edificio, nos cruzamos a la poli, que se disponía a desalojar el piso, lo cual suele ocurrir sábado tras sábado en varios pisos de estudiantes de Kannelmäki.

Ya en Helsinki, dejamos decidir a un rastafari español que lleva aquí ya algún tiempo, y nos llevó a un local llamado Lost & Found, que al parecer es un sitio de cierto ambiente gay. Allí ligué (bueno, la realidad es que una finesa borracha intentó ligar conmigo sobornándome con cerveza, pero aunque yo me bebía todo lo que me daba, no me dejé ligar).

Cuando cerraron el sitio, alrededor de las 3:30 o 4 de la madrugada, los tres de Otaniemi que quedábamos debíamos buscarnos la vida para llegar a casa, ya que los autobuses habían terminado, y no comenzaban de nuevo hasta las 8 y pico. Además, en las paradas de taxis había una cola inverosímil (debí hacerle una foto, ¡mierda!), y en la calle hacía mucho viento. Tras sopesar todas las posibilidades Sergio y yo estábamos por volver andando (como buenos peregrinos), pero Juanjo decía que o le invitábamos otro día a una botella de whisky o no se volvía caminando. Como estábamos muy insistentes, terminó cediendo sin derecho a botella de whisky, ya que en ningún momento aceptamos su chantaje. El camino fue duro, como demuestran las caras largas de la siguiente foto (ampliadla), pero al final llegamos a Otaniemi a las 6 y algo, y dormimos como unos campeones.



























En cuanto tenga un poco de tiempo, todas las fotos de esta noche irán, como (casi) siempre, a picasaweb.google.com/artu86yec.

Another post about weather

Desde la nevada que cayó y que conté en el post anterior, el tiempo me está tocando los cojones. No es porque haga frío, sino porque nieva cada dos o tres días (eso está bien), pero la nieve empieza a derretirse casi al momento, y si la noche siguiente hiela, la nieve aguada que hay en el suelo se convierte en pistas de hielo como ésta:
























Obviamente, los días en los que la calle amanece así, todos debemos andar con mucho cuidado, excepto los fineses, que prefieren ir a toda velocidad, y si se resbalan, aceleran más.
Para evitar caídas, yo suelo caminar "campo a través", por donde no hay caminos, donde suele quedar algo de nieve no aplastada. Lo malo es que no siempre existe esa opción.

No puedo terminar esta entrada sin mencionar lo cabrones y crueles que son algunos (¿eh, Carlos?) cuando alguien se cae en el hielo (¿eh, Sergio?). Las carcajadas que pegó cuando eso ocurrió fueron tan grandes que los fineses que pasaban se quedaron escandalizados. Bueno, lo reconozco, yo también me reí, y me habría reído aunque hubiera sido yo el que se cayó.