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miércoles, 19 de diciembre de 2007

¿Qué mierda es esta?



Es increíble que tengamos estas temperaturas a mitad de diciembre en Finlandia. La verdad es que preferiría que hiciese menos temperatura, porque la situación actual causa muchos inconvenientes:
-Está todo muy húmedo, y todo lleno de barro
-Con estas temperaturas, suele hacer más viento y más humedad, con lo que realmente el frío se nota más que a -5º ó -10º.
-¡No hay nieve!
-¡El báltico no está congelado!
-¡No puedo usar mis súper botas! (se me achicharran los pies)

Vamos, que visto el panorama, ya tengo ganas de irme a Yecla, que aunque de noche hace más frío, por lo menos de día hace solecito. Y siiii, ¡también para ver a mi gente!

Ya queda poco, ya.

martes, 18 de diciembre de 2007

Nokia... ¿por qué no?

Cuando un estudiante de informática viene a Finlandia, es inevitable hacerse ilusiones. Este es un país puntero en investigación y producción tecnológica, siendo un centro importante de innovación en Software (cuna de Linux, SSH, Symbian, etc), con empresas bandera como Nokia, y con sedes de importantes empresas extranjeras del sector tecnológico, como nVIDIA y Siemens. Pues bien, un golpe de suerte ha querido que el sueño de participar en este baile se haga realidad, al menos en parte: voy a participar en un proyecto de investigación encargado por Nokia a mi universidad.

Todo empezó cuando decidí enviar un email al encargado de proyectos (Master's Thesis) del laboratorio de redes de mi departamento, donde le pedí que intentase asignarme un tema para hacer mi PFC. Él me puso en contacto con un profesor, y éste con uno de los estudiantes que ya estaba en el proyecto, el cual me hizo una pequeña entrevista con algunas preguntas técnicas bastante fáciles. Tras hablar los tres en el despacho del profesor, hemos acordado que el día 14 (cuando vuelvo a Finlandia) empiezo a trabajar en él a tiempo completo, porque el proyecto va muy atrasado. Por ello, probablemente deje a un lado las asignaturas que me quedan, y cancele los viajes que tenía planeados para enero (Estocolmo y Laponia), porque ponerme al día con el trabajo va a ser bastante complicado, y sobre todo, un pozo de tiempo.

Como he dicho, el proyecto fue encargado por Nokia, y consiste en una aplicación para el N95 que nos permitirá conectarnos con el móvil a los electrodomésticos de nuestra casa para, por ejemplo, apagar el horno, poner a calentar algo en el microondas, o apagar la luz del acuario (eso sólo para los muy pijoteros). Hay ya un grupo de 4 ó 5 personas trabajando, así que debo integrarme en él, aunque mi parte del trabajo tiene poco que ver con lo que están haciendo ellos. Mi parte constará mayormente de código en C (voy a morir), para resolver el problema de NAT que se presenta ante la necesidad de comunicación entre el móvil y uno de los múltiples aparatos que se quieran controlar remotamente.

Ah, y por cierto... ¡Me pagan 1100 € al mes después de impuestos en calidad de "Research Assistant"! Vamos, que hoy me ha pasado lo que ni mis mejores sueños podían imaginar. :P

domingo, 9 de diciembre de 2007

X-mas party en Kannelmäki

Ayer sábado, Teresa y sus compañeras de piso organizaron una fiesta de Navidad en su casa de Kannelmäki. Se lo curraron bastante, especialmente con la decoración, los aperitivos y la música. La primera parte de la expedición Otaniemi (es decir, Sergio, los mexicanos y yo) fue, contra todo pronóstico, la primera en llegar, a las 8 de la tarde. A partir de ahí, comenzó a llegar gente a oleadas, hasta que nadie más cabía en el piso (menos mal que había fiestas en otros pisos del edificio, y la gente se distribuía por ellas).
Lo más destacable de la noche fue, sin duda, ver a Simon (chino de Hong-Kong) bailando salsa, y a Florien (francés) borracho chapurreando español y besando a todo el que se le acercaba.
Es una pena que el horario del transporte público hasta Kannelmäki sea tan pésimo, porque tuvimos que retirarnos muy pronto cuando me lo estaba pasando bien (no me apetecía quedarme en casa de otro/a a dormir, ni tener que coger un taxi por el que me fueran a cobrar la de Dios).

Por cierto, que es probable que esta sea la última fiesta Erasmus del año para mí, ya que ahora se acercan peligrosamente los exámenes de diciembre, y en dos semanas ya estaré en España.

Cottages at Lapinjärvi (y III)

He tardado, pero aquí viene la última parte al fin.

El sábado, después de las fiestas y demás del día anterior, la gente estaba bastante cansada, por lo que además de levantarnos tarde (a eso de las 2 de la tarde), el día fue bastante tranquilo. Lo primero que hicimos tras levantarnos fue disfrutar del lago y de las posibilidades que daba como pista de patinaje. Aquí tenéis una pequeña muestra de ello (yo soy el que grababa, por eso no salgo, pero también voy patinando):



Después, nos fuimos rápidamente al pueblo, que estaba a unos 2 km, para hacer las compras de comida pertinentes. Para ello, tuvimos que atravesar en penumbra el cementerio de Lapinjärvi, con la zona de héroes de guerra incluida.
Cuando volvimos, comimos (de noche, por supuesto), e hicimos un poco el vago. Después volvimos varias veces a lago a hacer el payaso. En una de esas veces, en la que nos metimos por lo menos 100 metros lago adentro, perdí el equilibrio, como les había pasado a muchos otros, pero en mi caso la hostia fue importante. Caí con el codo, la mano y la cadera, donde me creció después del golpe un gran "cucumber" que, unido al resto de heridas que me había hecho ese día y la noche anterior, dio para bastante cachondeo (me convertí en "el pupas" oficial).
Después de cenar, jugamos al Ocalimocho, aunque nadie se pasó mucho de rosca, y luego nos pegamos una buena sesión de sauna. Aunque ese día la sauna estaba a más temperatura, fuera hacía mucho viento, con lo que nos fue imposible bañarnos en el lago.

El domingo nos levantamos también bastante tarde, y con la sorpresa de que había nevado durante la noche, y de que la temperatura había subido mucho, hasta los dos o tres grados sobre cero. Lo más destacable de ese día fue el muñeco de nieve punky, el cual podéis ver en la foto (el pelo son estalactitas, por si había dudas).



Por la tarde, tras dejar la cabaña, llegamos a Helsinki a las seis de la tarde, y nos lo encontramos con montones gigantes de nieve por todas partes, apilados por las máquinas quitanieves.



Para terminar el día, fuimos a cenar al centro comercial Forum, donde me pillé un entrecot con queso de cabra (cuánto tiempo estaba sin ternera...).

Para más fotos, lo de siempre: picasaweb.google.com/artu86yec

martes, 4 de diciembre de 2007

Cottages at Lapinjärvi (II)

Llegamos a las cabañas el viernes por la noche, tras hora y pico de autobús. Yo imaginaba que el viernes nos lo íbamos a tomar de tranki, para reservar fuerzas para el sábado, pero nada más lejos de la realidad.
Al llegar, la encargada del hotel que lleva esas cabañas nos dio una llave para cada casa, pero una de ellas no funcionó, así que Juanjo y yo fuimos a que nos cambiase la llave. Nos dio otra que tampoco funcionaba, y al final nos trasladaron a otra cabaña más alejada de la primera, donde vi un hacha y la cogí. Al final, las chicas consiguieron la cabaña que queríamos en cinco minutos (no sé cómo, porque Juanjo y yo lo habíamos estado intentando durante mucho tiempo sin éxito alguno), pero yo me quedé con el hacha de la otra casa, porque sabía que luego nos iba a hacer falta...
Tras instalarse cada uno en su habitación, nos juntamos todos en una de las cabañas y nos sentamos para hablar, beber y picar algo mientras escuchábamos algo de música. Entretanto, algunos de nosotros nos fuimos a hacer un reconocimiento de los alrededores, y especialmente del lago. Éste estaba totalmente congelado, con una capa de hielo de unos 15 o 20 cm, así que se podía andar perfectamente sobre él, siempre llevando cuidado de no pegarte una buena hostia por un resbalón. Decidimos intentar hacer un agujero en el hielo para bañarnos en el lago, así que fuimos a por el hacha, y empezamos a picar como unos locos.



Tras unos 15 minutos, teníamos ya un agujero decente, y sólo quedaba sacar el témpano de hielo roto de él (siempre podríamos haberlo metido debajo de la capa congelada del lago, pero preferimos llevarlo fuera de él). Sacar ese pedazo de hielo, que pesaría más de 50 kg, nos costó casi más que hacer el agujero, porque al agarrarlo se deslizaba de las manos, y había que tener huevos para tener la mano tocando el agua durante mucho tiempo. Finalmente pudimos hacerlo entre cuatro personas, con la ayuda de los guantes impermeables de Chiskus y haciendo palanca con el hacha. Luego volvimos a la cabaña con nuestro trofeo (4 pedazos gigantes de hielo), y nos unimos al resto de gente.





Poco a poco, el volumen de la música iba subiendo, y la charla fue evolucionando a fiesta. Tras unas tres horas, decidimos que ya habíamos tenido suficiente, y nos fuimos a la sauna.
Para cuando entramos, la sauna todavía no estaba demasiado caliente (estuvo toda la noche rondando los 60 o 70 grados). Aun así, el efecto era casi el mismo que el que produce a más temperatura, sobre todo porque íbamos echando mucha agua a las piedras calientes, con lo que la humedad (y por tanto la sensación de calor) era muy alta. Cuando vimos que estábamos lo suficientemente "calientes", nos fuimos corriendo a bañarnos al lago, como manda la tradición.
Una vez en el lago, mirando el agujero, hubo un momento de duda. Al final, en un arranque de no pensar lo que estaba haciendo, me lancé al agua "para romper el hielo", porque si no parecía que nadie iba a dar el primer paso. Después de mi, otros cuatro se metieron al agua en turnos, y tras un minuto flipando por lo que habíamos hecho, volvimos volando a la sauna.



Después de unas 5 sesiones de sauna, dos baños en el hielo, un porral de fotos y un fregadero sucio, nos fuimos a dormir a eso de las 6:30 de la madrugada.


To be continued...

domingo, 2 de diciembre de 2007

Cottages at Lapinjärvi (I)


Este fin de semana lo hemos pasado en una cabaña en Lapinjärvi, un pueblecito pequeño a unos 100 km al NE de Helsinki. Las casas eran de 6 personas, y nosotros éramos 11 (José, Mª José, Chiskus, Aldara, Giacco, Ignacio, Gabi, Bere, Neus, Juanjo y yo), así que alquilamos dos, al precio de 250 € cada una. Las dos eran iguales, casi totalmente de madera, en dos niveles, con cocina y baño completos, calefacción, chimenea, y sauna eléctrica. Estaban situadas a casi 2 km del pueblo más cercano (con lo que nos tocó un pateo para ir a comprar), y a unos 100 metros de un lago muy grande totalmente congelado.
Para que me entiendan los yeclanos, el finde ha sido como una alborada de dos días, con sus expediciones a los alrededores y su Ocalimocho correspondientes, pero con el aliciente de la sauna, la nieve y el lago. En días sucesivos iré contando en detalle mi experiencia "cabañil".

PD: La foto está guapa. La hice por la noche (aquí casi siempre es de noche), y con mucho tiempo de obturador, pero no me esperaba que quedase tan bien.