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jueves, 24 de enero de 2008

Abundante pero efímera

Hoy ha caído una buena tormenta de nieve en Otaniemi. Ha estado toda la mañana nevando con ventisca, al más puro estilo "Polo Norte". Al final, todo ha quedado cubierto con una manta de nieve de unos 5 cm de espesor, con lo que he podido poner a prueba nuevamente mis botas.
La mala noticia es que estamos sobre cero, y la nieve se está derritiendo, dejando paso a una masa pegajosa de chapapote. Es una pena que el invierno esté siendo tan atípico, porque no se ve la nieve ni en pintura. Hubiera estado bien poder irme a Laponia con mis amigos este sábado, pero duty is duty, así que tendré que conformarme con pasar un invierno lluvioso y oscuro en el sur de Finlandia.
Por lo menos, hoy hemos disfrutado de paisajes geniales, a los que estas fotos no hacen justicia:


















Nokia kick-off (y II)

En el kick-off de esta semana no solamente hubo que trabajar y resistir sesiones interminables de presentaciones, también hubo tiempo para la diversión, y para el intercambio cultural. El lunes, tras terminar las reuniones, fuimos a las pistas de esquí e hicimos carreras de trineos (yo quedé sexto de siete grupos, pero es que nunca había montado en trineo). Más tarde, nos esperaba una sesión de sauna de 6 horas, hasta las 12 de la noche.
La sauna estaba bastante lejos de las pistas y de la cabaña donde nos quedamos, ya que estaba situada en la orilla de un lago congelado (cómo no). Antes de entrar a la sauna, estuvimos en la "antesala" jugando a un juego de cartas ruso, cuyo nombre significaba algo así como "el lerdo", ya que importaba más quién perdía que quién ganaba. Más tarde, entramos a la sauna (era una sauna de humo, un tipo de sauna que aún no había probado), y tras unos 10 minutos, me di el chapuzón de rigor en el lago, y fui corriendo al jacuzzi para entrar en calor. Por cierto, que el jacuzzi era una pasada. Estaba al aire libre, pero el agua estaba a más de 40º, y podían entrar hasta 7 u 8 personas. Después de un baño en el lago, el jacuzzi sienta como 7 tilas seguidas, para dormir como un dios escandinavo.
Tras repetir varias veces el ritual de la sauna, dimos por terminada la noche. Por cierto, que he de decir que cuando se toma sauna con una pandilla de fineses, es casi obligatorio ir en pelotas, así que no tenté a mi suerte, y seguí la tradición. A decir verdad, no se siente ningún pudor, porque todos ellos (incluyendo a la única mujer que había alrededor de 14 tíos) lo hacen de una forma muy natural, como si lo estuvieran haciendo desde pequeños (lo cual es la pura realidad, prácticamente llevan su vida de sauna en sauna).
Y bien, no hay mucho más que contar de esos dos días. Bueno, sólo que el jefazo gordo me dijo en el tren de vuelta que ya es hora de ir cambiando mi móvil ;)

miércoles, 23 de enero de 2008

Nokia kick-off (I)

Esta semana, mi jefe en Nokia organizó una especie de viaje informal a Jämsä, un pueblecito del centro de Finlandia en el que hay una estación de esquí y un resort de ocio. El motivo era la celebración del kick-off de nuestro proyecto, lo que consiste básicamente en una serie de reuniones informales en las que se fijan las especificaciones del producto que se debe desarrollar, y la metodología que se va a utilizar para hacerlo.
En principio, me pensaba que el proyecto era algo más simple, porque solamente conocía a mi grupo de trabajo (un Ruso, un Pakistaní, un Húngaro, mi jefe (Finés) y yo), pero en realidad somos unas 15 personas en Finlandia y otras 10 ó 15 en Sao Paulo, Brasil. Obviamente, al kick-off sólo estábamos invitados los que vivimos en Finlandia, por lo que éramos exactamente 15 personas, entre desarrolladores (como yo), SCRUM masters (algo similar a jefe de subproyecto), "testeadores" o probadores, encargados de documentación, etc.
Por suerte, el contenido específico de lo que se dijo allí durante los dos días que duró el evento es confidencial, así que no os aburriré más con aspectos técnicos. Por ahora, sólo decir que el balance general del kick-off fue bastante positivo, ya que me permitió conocer mejor a mis compañeros de trabajo, practicar inglés sin ningún español cerca durante dos días seguidos, enterarme de cómo funcionan este tipo de reuniones en una empresa grande, y muchas cosas más. Y eso que todavía no he nombrado los beneficios tangibles que me reporta el hecho de trabajar para Nokia (eso lo dejo para mañana).

domingo, 20 de enero de 2008

Turku

Ayer estuve de viaje en Turku, la antigua capital de Finlandia, y una de las ciudades del país donde más sueco-parlantes hay. La visita turística en sí fue bastante asquerosa, porque hizo un día malísimo (lluvia, aguanieve y viento durante gran parte del día), con lo que no pudimos disfrutar mucho del tiempo que estuvimos allí. Además, la ciudad, aun siendo una de las más antiguas de Finlandia, no tiene gran cosa para ver si quitamos el castillo medieval y la catedral. En general, parece que todas las ciudades del país son muy sosas y serias. Vale, ya sé que sólo he visto dos, pero no creo que sea coincidencia.

El día comenzó bastante temprano: a las 6:45 de la mañana, tras dormir menos de 4 horas, salimos desde Otaniemi para coger el tren en Helsinki a las 7:30. Los trenes son muy cómodos, o al menos no hacen tanto ruido como en España, y eso teniendo en cuenta que van casi al doble de velocidad que los regionales de Renfe. El viaje duró alrededor de dos horas, lo que me permitió recuperar algo de sueño. Cuando llegamos, el tiempo era tan malo que nos pasamos una buena parte de la mañana refugiándonos en cafeterías de la ciudad, mientras intentábamos llegar al castillo por la orilla del río (era un pateo bien largo).

El castillo empezó a construirse como fuerte alrededor del S. XIV, lo que lo convierte en uno de los edificios más antiguos que se conservan por aquí, si no el que más. Es muy poco simétrico y sus pasillos y escaleras son muy tortuosos, cosa que me gustó bastante, porque le daba cierta sensación de misterio. Además, aunque por fuera no lo parezca, su anti-simetría rompía un poco con la monotonía que tienen la mayoría de edificios de Finlandia.



Tras ir al castillo, volvimos al centro, comimos en un restaurante italiano (era bueno, pero un pelín caro), y visitamos la catedral, la universidad y poco más. La catedral es el edificio más bonito que vi en Turku, aunque no pudimos visitarla "como Dios manda" por dentro porque había una boda y no se podía pasar (de hecho parecía que los invitados tampoco pudieran entrar, ya que desde lejos parecía que sólo estaban los novios y los padrinos). En la siguiente foto se ve la catedral a lo lejos, y más cerca a Sergio sin brazos, y los espíritus del resto:



En fin, el viaje fue un poco decepcionante, pero al menos nos lo pasamos bien. Además, ahora ya puedo decir que he visitado una ciudad de Finlandia, aparte de Helsinki (Espoo no cuenta, porque todavía me he movido por la ciudad con la intención de ver cosas).

Fran Perean käynti

Como ya he contado alguna vez, la serie "Los Serrano" es, por extravagante que parezca, bastante popular en Finlandia. Parece ser que están echando las primeras temporadas en versión original subtitulada, y tiene muy buena acogida, especialmente entre las quinceañeras suomis, que están encantadas con Fran Perea (imaginaos cómo se pondrán cuando en la serie solamente salgan cuerpos esculturales, como pasa en las últimas temporadas). Aquí os dejo la imagen de una revista de aquí que da fe de lo que digo. Os aconsejo que pinchéis en ella y leáis las cosas que pone en castellano para cada personaje de la serie:



















El caso es que, el pasado Diciembre, Fran Perea se pasó por Helsinki para firmar su disco o algo así, y por lo que cuenta la gente, la cola que se formó en Kamppi para conseguir una autógrafo era monumental. Pau estuvo allí con una amiga (aunque no son fans especiales), y sólo por ser españoles, a ellos les dejaron pasar sin hacer cola, por lo que consiguió fotos como esta:



















Hala, para que luego nos quejemos de que los yankis llenen las carteleras de cine y la programación de la tele en España. ¡Nosotros también exportamos nuestra "cultura", coño!

viernes, 18 de enero de 2008

Productos Yeclanos

Estos días me he llevado dos sorpresas por Helsinki. La primera, fue un día de esta semana (creo que el miércoles), cuando yendo al museo de Historia de Finlandia con Sergio, Ignacio y Juanjo, me encontré unas botas New Rock en una tienda gótica. Ya sabía que New Rock era una empresa Yeclana medianamente conocida en el resto de España pero, ¿en Finlandia? Pues conocida o no, los suomis góticos la compran.
La segunda fue tras salir del edificio de Nokia ayer Jueves. Iba con mi compañero de trabajo ruso, y me propuso acompañarle al Alko, porque quería comprarse algo, y pillaba de camino. Pues bien, esto es lo que me encontré en la sección de vinos de "Espanja":



Esto me produjo tanta sorpresa que no pude contenerme, y me llevé la botella por un precio unas dos o tres veces mayor que el que hubiera pagado por ella en Yecla. Es curioso que tenga que venir a Finlandia para probar el Hécula de Bodegas Castaño...
En fin, sólo me queda una cosa por decir: no he visto ni un sólo vino de Jumilla. :P

Pérdida

Al final, el domingo pasado no fui a patinar a la pista del centro de Helsinki, porque cerraba a las 8 de la tarde (sí, ya sabéis, esa hora a la cual todos los finlandeses se disponen a irse a dormir o a salir a emborracharse). Lo que hicimos en vez de eso fue ir a Baker's (un pub del centro) a tomar una cerveza rápida, que sirvió para reencontrarme con algunos de mis colegolas de aquí.
Y tan rápida. Yo ni siquiera me tomé una cerveza, porque se me hizo muy tarde, y cuando llegué al bar todo el mundo se había acabado ya la suya. Mi problema fue un poco a causa de no acordarme de que si antes de salir de casa no sabes exactamente donde vas con el bus, en Finlandia te pierdes, porque las indicaciones son penosas. Yo solamente sabía que para llegar pronto a Helsinki me convenía coger una línea de autobús que no había pillado antes, ir a un sitio donde nunca había estado, y coger otra línea también nueva para mí. Con las prisas no me informé lo suficiente del número de paradas y todo eso, así que el resultado fue que terminé perdido en mitad de Espoo.

Creo que es una de las veces que más perdido me he encontrado. Las "calles" de Espoo son todas iguales: una carretera zigzagueante en medio del bosque y con algún edificio esparcido por los lados. Además, el hecho de que no sean rectas y de que los giros no sean de 90º, hace que al cabo de 10 minutos en el autobús uno pierda el norte, y se desoriente totalmente. Finalmente, con mucha dificultad, encontré el camino hacia la civilización, pero como ya dije, llegando más de una hora tarde a mi destino.

domingo, 13 de enero de 2008

Hogar, dulce (y oscuro) hogar

Ya estoy de vuelta en Finlandia, desde que ayer aterricé en el aeropuerto internacional de Helsinki-Vantaa alrededor de las 2:45 de la tarde. Nada parece haber cambiado desde que me fui: sigue sin verse el Sol ni en pintura, continúa haciendo muy poco frío y los fineses siguen tan rubios como siempre. Una de las pocas cosas que ha cambiado es que el transporte público ha subido, con lo que un viaje de autobús urbano sale ahora por "sólo" €3,80.
En la universidad, las cosas están más tranquilas que de costumbre, pues parece que no todo el mundo ha vuelto todavía de sus vacaciones de navidad (excepto los chinos, que la mayoría se ha quedado aquí). Además, muchísimos Erasmus solamente venían para 4 meses, con lo que sus sitios también están a la espera de ser cubiertos por nuevos estudiantes.

Después de dormir 13 horas seguidas, hoy voy a darme una vuelta por Helsinki, y voy a intentar aprender a patinar sobre hielo en la pista al aire libre que hay en el centro. Espero que la próxima vez que escriba no tenga ningún hueso roto. Por ahora, os dejo con una de las primeras imágenes que vi al aterrizar, y que muestra la luminosidad en la que me encuentro.