Ayer estuve de viaje en Turku, la antigua capital de Finlandia, y una de las ciudades del país donde más sueco-parlantes hay. La visita turística en sí fue bastante asquerosa, porque hizo un día malísimo (lluvia, aguanieve y viento durante gran parte del día), con lo que no pudimos disfrutar mucho del tiempo que estuvimos allí. Además, la ciudad, aun siendo una de las más antiguas de Finlandia, no tiene gran cosa para ver si quitamos el castillo medieval y la catedral. En general, parece que todas las ciudades del país son muy sosas y serias. Vale, ya sé que sólo he visto dos, pero no creo que sea coincidencia.
El día comenzó bastante temprano: a las 6:45 de la mañana, tras dormir menos de 4 horas, salimos desde Otaniemi para coger el tren en Helsinki a las 7:30. Los trenes son muy cómodos, o al menos no hacen tanto ruido como en España, y eso teniendo en cuenta que van casi al doble de velocidad que los regionales de Renfe. El viaje duró alrededor de dos horas, lo que me permitió recuperar algo de sueño. Cuando llegamos, el tiempo era tan malo que nos pasamos una buena parte de la mañana refugiándonos en cafeterías de la ciudad, mientras intentábamos llegar al castillo por la orilla del río (era un pateo bien largo).
El castillo empezó a construirse como fuerte alrededor del S. XIV, lo que lo convierte en uno de los edificios más antiguos que se conservan por aquí, si no el que más. Es muy poco simétrico y sus pasillos y escaleras son muy tortuosos, cosa que me gustó bastante, porque le daba cierta sensación de misterio. Además, aunque por fuera no lo parezca, su anti-simetría rompía un poco con la monotonía que tienen la mayoría de edificios de Finlandia.
Tras ir al castillo, volvimos al centro, comimos en un restaurante italiano (era bueno, pero un pelín caro), y visitamos la catedral, la universidad y poco más. La catedral es el edificio más bonito que vi en Turku, aunque no pudimos visitarla "como Dios manda" por dentro porque había una boda y no se podía pasar (de hecho parecía que los invitados tampoco pudieran entrar, ya que desde lejos parecía que sólo estaban los novios y los padrinos). En la siguiente foto se ve la catedral a lo lejos, y más cerca a Sergio
sin brazos, y
los espíritus del resto:
En fin, el viaje fue un poco decepcionante, pero al menos nos lo pasamos bien. Además, ahora ya puedo decir que he visitado una ciudad de Finlandia, aparte de Helsinki (Espoo no cuenta, porque todavía me he movido por la ciudad con la intención de ver cosas).