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martes, 19 de agosto de 2008

Kayaking at Ëkenas

Hace unas semanas Blasco Travels (también llamado Albert) organizó una escapada de un día para ir a remar con kayaks al achipiélago de Ëkenas, a unos 100 km de Helsinki, que es además un Parque Natural. Nos apuntamos alrededor de 10 personas, la mayoría españoles (y de ellos, todos menos yo catalanes), aunque también estaban Celine (francesa), René (alemán), Michele (italiano) y un ruso del cual se me ha olvidao el nombre.



La idea era montarse cada uno en un kayak, pillarle el tranquillo (no es tan fácil mantenerse en equilibrio al principio), remar unas horitas hasta una isla donde hacer una barbacoa, y luego volver al punto de partida. Todo salió de lujo hasta el mediodía: paisajes impresionantes, caminos recónditos entre las islas, picnic, bañito en el mar, y mucho, mucho sol. Eso sí, después de tres horas de piragua por la mañana, ya se notaba cansancio, aunque nadie estaba demasiado preocupado, porque se suponía que a la vuelta llevaríamos el viento a favor. Aquí tenéis una foto del lugar donde paramos para comer:



Como decía, por la tarde deberíamos haber llevado el viento a favor, de no ser porque después de comer nos perdimos completamente en un laberinto de islas. Las muy cabronas parecían todas iguales, y no se podía ver ninguna forma parecida en el mapa que llevábamos cada uno. Albert y Roger, los que iban en cabeza, son técnicamente los culpables de todo, pero la verdad es que los demás estábamos pasando totalmente de mirar el mapa hasta que fue demasiado tarde. Vamos, que fue culpa de todos.

Tras otras 4 horas más de remo por la tarde, ya casi sin poder mover los brazos, y con la mitad de la expedición con la piel quemada por el sol, empezó a ser evidente que teníamos un problemilla. La pobre Celine no podía más, así que decidimos atar su kayak al de Roger y Albert (a más de uno tampoco nos hubiese venido mal). Por suerte, vimos a un pescador y le pedimos que nos dijese en qué parte del mapa nos encontrábamos. Imaginaos el cosquilleo (también llamado pánico) que se apoderó de nuestros estómagos cuando el colega pasó la página del mapa y nos dijo que estábamos unos 7 u 8 km más al Este de lo que nos pensábamos, y que por tanto el puerto donde deberíamos haber ido nos quedaba a más de 10 km de distancia. Suerte que había otro a "sólo" dos km, donde pedimos al dueño de los kayaks que fuera a encontrarse con nosotros. De lo contrario, y teniendo en cuenta lo hechos polvo que íbamos, yo creo que no habríamos llegado a ningún sitio antes de hacerse de noche (y mira que se hacía de noche tarde en Julio).

Por último, como perdimos el último tren a Helsinki, nos tocó volvernos en taxi. Por suerte no fue mucho más caro que el tren.

Más que Blasco Travels, Blasco Adventures.

viernes, 8 de agosto de 2008

Misión: Imposible

Buscar piso es siempre una mierda. Buscar piso en Helsinki es una putada. José Kannelmaki (no, no es el apellido) y yo llevamos intentando encontrar uno para cuando nos echen de casa desde Junio. Él tuvo suerte y consiguió que le dieran una habitación en Otaniemi, porque alguien que se suponía que iba a vivir allí cambió de planes. En cuanto a mí, estoy bien jodido.

Hasta ahora he estado "tó feliz" pagando sólo 195 €/mes por mi habitación, con agua, electricidad e internet incluidos, y con baño propio, y encima con un compañero finés que hablaba, lo cual es mucho decir si se trata de Otaniemi (dejemos el tema de los chinos aparte). Pero cuando sales de la confortable burbuja de la TKY (la unión de estudiantes de la uni) al mundo real, tela. Lo mejor que se puede encontrar por 400 al mes es un agujero de 20 m^2, a un mínimo de 30 minutos en bus de Ruoholahti (donde trabajo). Además este año parece que vienen muchísimos Erasmus, por lo que incluso esos agujeros vuelan dos horas después de que cuelguen el anuncio, ya que los servicios de alojamiento de las universidades se han desbordado y la gente está como loca por encontrar piso.

En fin, las dos últimas semanas de agosto tendré que pegarme un maratón de mandar e-mails y hacer llamadas. E-mails y llamadas que, por cierto, contestan pocas veces si el anuncio de alquiler estaba escrito en finés (debe ser que no quieren extranjeros). La pena es que el Google Translator sólo funciona bien para entender los anuncios, no para redactar la respuesta.

Al menos tengo la seguridad de que por penoso que sea mi nuevo piso, no tendrá cucarachas. Bendito frío.

Playa Helsingissä!!!

Parece que el verano se ha terminado para mí en Helsinki. Esta semana ha empezado a llover casi diariamente. Además, las noches van haciendo acto de presencia, y ya tenemos 4 o 5 horas de oscuridad absoluta.

Pero no todo el verano ha sido así. Días interminables, temperaturas agradables (nunca demasiado frío ni demasiado calor)... y playa. Y es que aunque parezca mentira hay varios sucedáneos de playa en la zona de Helsinki. Algunos, como Hietaranta, son muy populares, y en verano se ponen hasta arriba de fineses con ganas de pillar cáncer de piel (otra cosa en la que son líderes mundiales, junto con el consumo de helado per cápita -totalmente verídico-, o el consumo de alcohol -eso a nadie le sorprende-).

Hietaranta no es de demasiada calidad, sobre todo porque cuando te adentras un poco hay algas, pero un bañico en el agua fresca del Báltico -más o menos como la de la piscina de mi campo- sienta genial si hace el suficiente sol. Ah, y viene al dedillo para recuperarte de resacas irrecuperables (una vegada mès, gràcies per la teva ajuda, Terve!). Además, Hietaranta tiene algunos detalles, cuanto menos, "exóticos". Veamos una foto de un día que fui con unos colegas:



¿Falta algo? Pues como mínimo, un par de sombrillas, ¿no? Otra cosa que falta es sal y olor a mar, ya que el mar Báltico es prácticamente de agua dulce, lo que se hace algo raro para los que estamos acostumbraos a Benidorm. Otras peculiaridades son el hecho de que el enorme cementerio de Helsinki está lindando con la playa (por si algún difunto quiere refrescarse), y que en vez de jugarse al volley-playa se juega al frizzbie por equipos.

Como dirían en mi pueblo, a falta de pan, buenas son tortas.